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Desde que el hombre es hombre se despide de sus seres queridos con un acto o rito que llamamos funeral. Los servicios de una funeraria están creados para ayudar y guiar a los familiares en esta circunstancia.
¿Quieres saber cuándo y cómo comenzó esta tradición? Sigue leyendo, ¡te lo contamos todo!
Pero, ¿en qué consisten los servicios de una funeraria?
La palabra funeral, según el RAE, significa el entierro y las exequias, su solemnidad y su pompa. Es decir, se refiere al conjunto de ceremonias que rigen el proceso de velar, transportar y dar decorosa sepultura al difunto.
Ritos funerarios
Estos rituales, que están presentes a lo largo de la historia de la humanidad, varían en función de la época, la cultura, el clima, religión y posición social de la familia.
Una de las muestras de espiritualidad de nuestros ancestros prehistóricos es la evidencia de que se realizaban ceremonias fúnebres. La costumbre de enterrarlos con utensilios, ropas y alimentos sugiere que ya entonces creían en la vida después de la muerte.
Entre los Griegos Atenienses el cuerpo vestido y perfumado era expuesto en el vestíbulo de su casa. Posteriormente era acompañado al lugar del entierro por una nutrida comitiva compuesta de músicos, parientes y plañideras. El cadáver era quemado e inhumado, y se pronunciaba un elogio, especialmente en caso de funerales de héroes, a lo cual seguía un banquete.
En el antigo Egipto, un tribunal determinaba si el entierro debía ser con pompa o si se enterraría al difunto en una fosa llamada el tártaro, según su desempeño y acciones en vida.
Los Romanos también vestían y exhibían al difunto en el vestíbulo de la casa, después de haberlo llamado tres veces por su nombre. Al inicio, los funerales se efectuaban de noche y la comitiva era encabezada por un maestro de ceremonias y los lictores o funcionarios de orden público. Eran seguidos por plañideras, músicos, esclavos y familiares cubiertos por velos. El cuerpo del difunto se transportaba en una litera al foro, donde se pronunciaba el elogio.
Posteriormente el cuerpo era cremado en la pira y las cenizas de colocaban en una urna que se guardaba en el sepulcro de la familia o colombarium, junto con los lacrimatorios, las vasijas de barro o vidrio donde se recogían las lágrimas.
El velatorio
Este período de espera antes de proceder con el entierro tiene su origen en la Edad Media y derivaba de sus precarias condiciones de salud. Los utensilios en cuya composición entraba el estaño o el plomo, en contacto con tomates o cerveza, producían una reacción química que afectaba al que consumía los alimentos, cayendo en un estado de catalepsia del que podía tardar varios días en despertar. El propósito del velatorio era, pues, dar oportunidad al dormido de despertar.
De igual manera, los Judíos dejaban al difunto en la cámara mortuoria, que permanecía abierta durante tres días. La visitaban con frecuencia durante este lapso a fin de comprobar si el ser querido había despertado.
Cualquier ritual que escoja cada cultura está destinado a rendir homenaje y guardar la memoria del ser querido. Los servicios de una funeraria guían y acompañan a los deudos en este trascendental acontecimiento.
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