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Ante un acto tan solemne como un entierro es importante conocer qué tipos de flores llevar a un funeral para que todo esté acorde a la seriedad del momento. Existen ciertos criterios que todo el mundo tiene aceptados. A través de ellos somos conscientes cuáles son los colores se pueden utilizar, qué tipo de ramos o coronas son convenientes, qué tamaños, etc.
¿Qué aspectos son necesarios en la elección de las flores?
Como sabes, los entierros son momentos tristes en los que se despide a seres queridos. Acertar con el tipo de flores que debemos llevar en ese momento resulta indispensable para estar en absoluta consonancia con el acto al que estamos asistiendo.
Los crisantemos son un tipo de flor que abunda en este tipo de actos. Con flores de este tipo nunca fallarás. Son de color amarillo y fácilmente cultivables. Florecen al finalizar el verano, aproximadamente desde octubre a noviembre o diciembre. Su forma es sencilla y son fácilmente reconocibles a simple vista. Precisamente, la simpleza de su forma los convierte en apropiados para cualquier funeral.
Otra flor por antonomasia que observamos en los entierros es la rosa. Su variedad impide que caigas en la monotonía al haber varias opciones entre las que elegir. Las encontrarás rosas, amarillas, blancas y rojas. Atendiendo al grado de cercanía que tengas con la persona fallecida, decantarte por una u otra opción puede ser relevante si quieres lanzar un mensaje.
Así, con las rosas blancas estarás transmitiendo la inocencia de esa persona que ya no está contigo. El color blanco es el símbolo de pureza por excelencia. Si la relación con el difunto va más allá, es conveniente el uso de rosas de color rojo. Suele ser habitual lanzarlas sobre el ataúd cuando se procede a colocar la losa sobre él.
Colores poco llamativos y principalmente claros
Ante la gran duda sobre qué tipo de flor llevar a un entierro has de saber que los gladiolos son sinónimo de éxito garantizado. Su mayor producción se sitúa en Sudáfrica y su color es de un violeta muy claro. Gracias a la neutralidad de su tonalidad encajan a la perfección en la composición de todo tipo de ramos o coronas.
Para mostrar su principal utilidad habría que remontarse a la época romana. En el Coliseo se les arrojaban a los gladiadores que resultaban vencedores en la lucha como signo de obsequio y respeto por las personas que acudían a ver el espectáculo.
Los lirios suelen estar muy presentes en todos los funerales. Dado que no es de un color demasiado vivo destaca sobre las anteriores propuestas. Refleja un color morado poco intenso. Las azucenas, en cambio, son de una tonalidad blanca. Imprimirán más sobriedad al ramo en su conjunto o incluso a la corona.
En definitiva, si tienes dudas sobre qué tipos de flores llevar a un funeral ten en cuenta que siempre acertarás optando por colores neutros y claros. El conjunto de la vegetación debe ser adaptable a cualquier ambiente y lugar en el que se desarrolle el acto.
¡En Funeraria Albamar estamos a tu disposición!
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